Charaña, el abrazo de los temerarios
El ex presidente Hugo Banzer Suárez garantizó la neutralidad de Bolivia en caso de una eventual guerra entre Perú y Chile en 1974 a cambio de soporte económico y equipamiento militar para su régimen. Documentos desclasificados de la CIA y del Departamento de Estado revelan que el abrazo de Charaña se dio en el contexto de una inminente invasión peruana a Chile, lo que se confirma que este “abrazo” no fue nada más que una estrategia geopolítica chilena que buscaba fracturar las relaciones boliviano-peruanas, ganar tiempo, hasta que EE UU (Kissinger y Nixon) aprobaran la venta de armas a Pinochet, todo ante el temor de una guerra.
La madrugada del 5 de septiembre de 1974 el jefe Comando Sur del ejército de EEUU, Rosson William B. y el embajador de EEUU en La Paz, Stedman W. Perry, llamaron al teléfono privado de Banzer para pedirle que garantice la neutralidad boliviana ante una guerra entre Perú y Chile. Los cables diplomáticos (Tel-7408-FM5772-Sep-05-1974) dirigidos al presidente Richard Nixon, revelan que Banzer también los alertó de que ’altos mandos militares, y el propio presidente peruano, Juan Velasco, le confesaron que querían bombardear Chile desde territorio boliviano´.
El cable (TEL-10-0423-70-DEC-11-1974) dirigido a H. Kissinger proveniente de su emisario especial Willian Rogers en Lima dice: “Banzer me buscó e insistió en que la declaración de paz y amistad de Lima (declaración de Ayacucho), no tiene sentido… pues Pinochet le aseguró que defenderá sus territorios hasta el último soldado y que Alvarado (por su parte) le confirmó que Perú estaba listo para reconquistar sus territorios”.
Banzer, según el documento FR-1969-1976- VOL E-11 Part 2, pide también fondos para mejorar la capacidad de su ejército, en caso de que uno de los países vulnerara nuestra soberanía. Solicitó $us 100 millones y le cedieron $us 60 millones. Urge recordar que Velasco Alvarado derrocó a Fernando Belaude T. en 1968 y trató de consolidar una revolución nacionalista, pero la confiscación de empresas, bienes y capitales norteamericanos causaron fricciones con Washington. En los cables posteriores a 1972 se evidencia que Velasco Alvarado y Nixon redujeron sus diferencias, pues veían al gobierno de Salvador Allende como el enemigo común.
En ese contexto es que USA le vende una flota aviones A-37 al Perú. Según la CIA el repotenciamiento militar peruano se inició en 1966 con Fernando Belaunde, y ya en 1968 Perú duplicaba en material bélico a la Fuerza Aérea y a la marina chilena. Velasco completó su flota de aviones de ataque con Mirage-5 de Francia, lo que triplicó la diferencia con Chile. Con 250 tanques nuevos T-55 (500 extraoficialmente) adquiridos a Rusia, más una flota de 94 aviones, las condiciones para un ataque a Chile estaban dadas.
Así en 1975 (cables FRE-345-1974-CIA) “Chile se convirtió en socio estratégico que acabó con el comunismo y a la vez impulsó el modelo de mercado en una zona históricamente controvertida. El 2 de abril de 1972, otro cable dirigido al presidente Nixon (desde la legación norteamericana en Lima) detalla lo siguiente: "Allende al contrario que Velasco Alvarado en Perú, no tiene planes de indemnizar a las empresas estadounidenses, y cerró todos los canales de diálogo con nosotros". Por ello Pinochet apuró el golpe, su maniobra geopolítica (el abrazo de Charaña) fue un abrazo entre temerarios. Kissinger y Nixon alimentaron nuestras diferencias con armas, pero como decía Pierre Koenig, “La diplomacia funciona efectivamente, siempre y cuando tengas un ejército bien equipado”. .
Es Periodista y Sociólogo.
Columnas de GUIDO ROBERTO PEREDO MONTAÑO