Neowise
Neowise es, desde mediados de la década de 1990, el primer cometa brillante visible a simple vista. Tiene un período orbital relativamente largo, lo que significa que sólo se descubrió hace unos meses.
El cometa Halley, por ejemplo, tarda unos 75 años en volver a la misma posición cerca de la Tierra, lo que significa que todos tienen la oportunidad de verlo potencialmente dos veces durante su vida. Neowise tiene una órbita de casi 6.800 años, lo que significa que la última generación de personas que lo vio habría vivido durante el quinto milenio antes de Cristo.
Lleva el nombre del telescopio de la NASA que permitió descubrirlo el 27 de marzo, el Near-Earth Object Wide-field Infrared Survey Explorer (Neowise) o Explorador de reconocimiento infrarrojo de campo amplio de objetos cercanos a la Tierra.
Durante esta semana será visible en Cochabamba, hacia el noroeste, justo después de la puesta del sol. Quienes puedan verlo e inclusive fotografiarlo, con seguridad gozarán de un momento histórico e irrepetible.
Los cometas son mensajeros interestelares y guardan porciones del pasado que permiten explicar el presente, como por ejemplo la edad de la Tierra o brindan otros hallazgos como el que sucedió entre agosto de 2014 y agosto de 2015, cuando la sonda espacial Rosetta, que fue lanzada en 2004 y que orbitó alrededor del cometa 67P/Churyumov-Gerasimenko, halló dos moléculas necesarias para la vida en la nube de polvo y gas que envuelve a este mensajero espacial.
Se detectó glicina, un aminoácido presente en las proteínas, y fósforo, elemento que forma parte del ADN, de las membranas celulares y que sirve para transportar energía.
Como este, hay muchos otros más descubrimientos. Sin embargo, se critica a la NASA y a otras agencias aeroespaciales por dedicar tiempo, dinero y esfuerzo a estas investigaciones. Muchas personas impacientes e inmediatistas quieren soluciones para enfermedades actuales y piden que se abandonen estas indagaciones.
Su miopía les impide ver que, al estimular al conocimiento científico, se puede despertar la imaginación de las nuevas generaciones, en tiempo real, para que dejen de repetir, como loros, fechas, héroes y mártires, y piensen en brindar soluciones a problemas reales, uno de ellos, el repartir un bono a dos millones de personas sin que se produzcan aglomeraciones y por consiguiente contagios masivos.
De momento, presenciamos, con rabia e impotencia, que se pide a las personas que hagan colas de tres horas a las puertas de un banco para cobrar su bono o pagar sus cuentas. Estas medidas gozan de una profunda e ilimitada estupidez.
La autora es Premio Nacional de Periodismo Especializado en Banca
Columnas de MÓNICA BRIANÇON MESSINGER