Macri en el lamento boliviano
Casi todos los ejércitos y las policías en Sudamérica tienen acuerdos para facilitarse, en calidad de préstamo, pertrechos que luego son devueltos. Bolivia lo ha hecho en algunas oportunidades, pero, en estos días, cuando el MAS está empeñado en convencer que existió un golpe cívico-militar en noviembre de 2019, el préstamo de cartuchos AT 12-70 y de granadas antimotines, de parte de Ecuador y Argentina, ha desatado un escándalo perfectamente montado.
Se ha llegado al extremo de que el Gobierno haya acusado al expresidente argentino, Mauricio Macri, de haber tenido algún entendimiento nefasto con la administración de la señora Jeanine Áñez, para dotar a nuestras FFAA de armamento letal, que, según el Canciller, se utilizó en las muertes de Sacaba y Senkata. Es decir, ni más ni menos que la resurrección de la Plan Cóndor.
Es tan absurda la acusación, tan carente de sentido, que el propio Canciller mostró la nota de agradecimiento que el general Jorge Terceros, entonces comandante de la Fuerza Aérea Boliviana (FAB), envió al entonces embajador de Argentina en La Paz, Normando Álvarez, detallándole el material recibido. Por lo tanto, no se trató de ningún hecho secreto ni criminal.
El expresidente Macri ha entrado en el baile porque el actual mandatario argentino no ha desaprovechado la oportunidad para atacar a su antiguo adversario, expresando “dolor y vergüenza” por lo sucedido. Está a las claras que no se trata de otra cosa que de apoyar la posición masista del “golpe de Estado”.
Desde que declaró el general Terceros en la Fiscalía, todos los medios han puesto su mirada en los militares bolivianos, con lo que se está admitiendo el absurdo de la participación militar en la espantada de Evo Morales. Con esto se está dejando de lado la sacrificada y ejemplar participación del pueblo boliviano, durante los 21 días de resistencia al escandaloso fraude montado por Evo Morales, que fue el verdadero motivo de su renuncia al poder.
El autor es escritor
Columnas de MANFREDO KEMPFF SUÁREZ