¿Por qué tenemos un pésimo servicio de transporte público?
La consolidación de la vida urbana en el país, y la implementación de políticas neoliberales cambiaron definitivamente las dinámicas sociales en las ciudades. En el primer caso, sobresaturaron los servicios básicos y aumentaron la cantidad de asentamientos en las mismas, con impacto sobre el incremento de enfermedades, falta de condiciones adecuadas de vida y construcciones fuera de norma. En el segundo caso, las políticas neoliberales agravaron este panorama ya que fueron las causantes de tal incremento, pero también, al cambiar y debilitar el modelo de trabajo, llevaron a muchos bolivianos a buscarse la vida de diversas maneras, estableciendo un grueso de trabajadores informales.
Los dos ámbitos donde se proyectó con mayor fuerza ambos fenómenos, fueron el comercio callejero y el transporte público, la lucha de estos sectores por garantizar su libre desenvolvimiento laboral llevó a que se organicen en fuertes sindicatos. A partir de ese momento, la relación sindicatos y política local nunca fue la misma, llevando a aquellos a consolidarse como verdaderos garantes de estabilidad política. En la medida que el nuevo sistema democrático recuperado en 1982 y las políticas neoliberales surtían efecto, también desaparecía la fuerza de los sindicatos mineros y de la COB como poder político social, lo que llevó a los gobiernos a depender cada vez más de las alianzas con las nuevas organizaciones de trabajadores informales para ser estables en las ciudades.
Para ver científicamente este proceso, es útil observar la evolución del número de escaños que ocupan representantes de estos sectores, llegando a ocupar concejalías, diputaciones y senadurías. Este poder, por otra parte, afectó directamente a la calidad del servicio, ya que el viciado sistema político, al depender su estabilidad de la alianza con estos sectores, optó por no confrontarlos y, por tanto, dejar hacer y dejar pasar sus actividades, aun si estas atentan al derecho de un transporte público de calidad. Esta es la causa principal por la que tenemos un sistema tan malo de servicio público, ya que los gobernantes apuestan a garantizar su estabilidad de gestión al derecho a un transporte de calidad.
El problema, entonces, es primero económico en tanto responde a la falta de empleos formales que reduzcan la influencia de los empleos informales en la estructura económica de las ciudades y, segundo, político, ya que se garantiza estabilidad mediante pactos con organizaciones, lo que necesariamente conduce a un acuerdo clientelar entre éstas y los gobiernos, en una suerte de pacto, donde los gobiernos hacen oídos sordos a las demandas por un control más estricto al transporte público, y las organizaciones de transporte dejan pasar la ausencia de rendición de cuentas públicas y transparencia de los gobiernos.
El autor es catedrático, analista de políticas públicas y sociólogo
Columnas de CÉSAR AUGUSTO CAMACHO SOLIZ