Enero
Se piensa, se anhela o se cree que los planes deben arrancar los lunes, empezar a hacer ejercicio, buscar trabajo o iniciar una vida más sana. De igual forma, se asume que enero es mes de inicios, pienso que además de todas las idealizaciones que trae consigo, es un mes de conmemoraciones. Esta es importante y sobre ella no se debe dejar de hablar: la Organización Mundial de la Salud prevé que para 2030 el principal motivo de muerte en el mundo serán los trastornos mentales. Entonces, el 13 de enero se conmemoró el Día Mundial de la Lucha contra la Depresión, esa fecha en el calendario cumple una misión clara y concreta y es la de abrir espacios de orientación y prevención de esta silenciosa y muchas veces estigmatizada enfermedad que, según estudios de población a nivel mundial, tienden a incrementarse con esta emergencia sanitaria planetaria.
La OMS informa que se calcula que la depresión afecta a más de 300 millones de personas en el mundo, además, es la principal causa mundial de discapacidad y afecta más a las mujeres. En este sentido se afirma que “Aunque hay tratamientos eficaces para la depresión, más de la mitad de los afectados en todo el mundo (y más del 90% en muchos países) no recibe esos tratamientos. Entre los obstáculos a una atención eficaz se encuentran la falta de recursos y de personal sanitario capacitados”.
En el artículo de la OPS Salud mental y Covid-19 se informa que el temor a contraer el virus nos ha impactado de formas importantes, se suma también la fuerte marca de haber tenido que cambiar los rituales de una vida cotidiana en una velocidad para la que no estábamos preparados, en este sentido, recomienda: “Incorporar el apoyo de salud mental y psicosocial en los planes y esfuerzos de respuesta a la Covid-19”. Además de brindar atención remota o virtual, adaptar y difundir mensajes para las poblaciones de riesgo, y capacitar en el tema a trabajadores de la salud y otros miembros de la comunidad.
En este sentido urge visibilizar la enfermedad y abrir espacios efectivos donde quienes sufran de depresión encuentren un lugar real de tratamiento y no números telefónicos donde se supone que se brinda ayuda, pero nunca nos responden. De igual manera, es vital que se difunda conocimiento preciso sobre las repercusiones de este mal entre grupos poblacionales amplios que permitan identificar si tienen depresión o que puedan detectar que alguien del entorno más cercano la sufre.
No es fácil, a estas alturas del partido, vivir con estos miedos latentes, con incertidumbres que nos obligan a replantearnos la vida misma. Entonces, debemos tomar en serio, tanto el cuidado de nuestra integridad física en tiempos de pandemia como nuestra salud mental, tarea nada fácil cuando la autoexigencia por estar bien supera lo que realmente sentimos, ahí es donde urge tener espacios reales de apoyo. Haciendo una revisión de qué hacer para enfrentar la depresión se precisa identificarla y buscar ayuda profesional, también procurar calidad de sueño, cortar el ciclo de la negatividad, aunque cueste tratar de salir del hemiciclo del dolor.
Quizá una de las formas para lograrlo es viajar a nosotros mismos, encontrarnos en ese espacio donde precisamente teníamos utopías y éramos capaces de ir por nuestros sueños. Es importante de igual manera recurrir a quienes la pudieron resignificar y encontrar, no recetas sino caminos de superación: “Si alguien ya sufrió depresión y la superó, tiene información valiosa para prevenir un nuevo episodio. Al hacer memoria, puede identificar los síntomas que experimentó y los signos que otros notaron cuando estaba deprimido” (Ciencia UNAM).
La autora es escritora
Columnas de CECILIA ROMERO