La misión Marte está en marcha
La pandemia mundial del coronavirus no fue óbice para frenar lo que se considera la bajada de bandera para la nueva carrera espacial: la conquista de Marte. A semejanza de la competencia astronáutica de los años 60 y 70 para conquistar la Luna, una nueva lid científica y tecnológica internacional se ha desatado para descubrir los misterios y secretos del planeta rojo. La etapa final prevista para completarse en aproximadamente tres lustros es la llegada de seres humanos a la superficie del planeta más parecido a la Tierra dentro del sistema solar.
En una especie de marcada de hitos, la carrera se lanzó en julio. Valga recordar que hace 51 años, un 20 de julio, el estadounidense Neil Amstrong pisó superficie selenita. Eso sí, si la competencia entonces involucraba básicamente a dos participantes (EEUU y Rusia), ahora suman, por lo menos cinco, de principio, y hasta 10 previsiblemente: EEUU, China, Emiratos Árabes Unidos (EAU), Japón, Rusia, la Unión Europea e incluso India e Israel.
Así, este 19 de julio, Emiratos Árabes Unidos lanzó exitosamente su primera sonda espacial rumbo a Marte. Se trata de un sofisticado dispositivo llamado Hope (esperanza). Despegó desde el centro aeroespacial Tanegashima en Japón. El objetivo de los árabes es llegar a órbita en febrero de 2021, para entonces habrá cubierto una distancia de 500 millones de kilómetros.
- Competidor sorpresa
La incursión de los EAU en club aeroespacial de las potencias no debe ser vista de menos. Los expertos han advertido que en sólo seis años los científicos árabes y sus asesores completaron el proyecto. Resulta un indicador llamativo puesto que normalmente las potencias tardan más de una década en completar proyectos de esta clase.
Una vez que llegue a su singular destino Hope tendrá entre sus misiones estudiar las características atmosféricas del planeta rojo. Orbitará durante un año marciano, es decir, el equivalente 687 días terrestres. Un sofisticado equipo de fotográfico será operado por las computadoras que animan a Hope.
Pero los árabes sólo partieron primero. Ya hay más competidores en plena carrera. El 22 de julio, China inició su propio capítulo de la conquista de Marte. La misión Tianwen-1 (“preguntemos en el cielo”, en chino) apuesta a un objetivo más ambicioso que el de Hope.
El plan del coloso asiático va más allá del sobrevuelo al planeta rojo y suma tres etapas: orbitar, descender y explorar la superficie de Marte. Es decir, enviaron un vehículo más complejo y dotado de diversos sistemas independientes. Tianwen-1 cuenta con un orbitador que analizará la superficie marciana, y tiene un vehículo tipo rover, destinado a investigar en el suelo de nuestro vecino estelar.
El todo terreno espacial chino cuenta con instrumentos científicos, paneles solares y dos cámaras. Se le ha programado misiones para explorar lugares específicos de la superficie del planeta rojo. Deberá enviar información relativa a la estructura geológica, precisión geográfica, el medio ambiente, la atmósfera, el agua y los minerales del suelo marciano.
- Un todoterreno de EEUU
Claro, en julio no podía estar ausente el hasta ahora líder de las carreras espaciales. Estados Unidos, a través de su emblemática agencia espacial, la NASA lanzó este 30 de julio de 2020 una misión aún más ambiciosa que la china y la mayor en su haber dentro de su ya avanzado programa. Se trata del envío del rover llamado Perseverance (Perseverancia). Este todo terreno resulta el vehículo más grande, pesado y sofisticado que ha enviado Estados Unidos en una misión de estas características. La misión principal del Perseverance es buscar rastros de vida y recolectar muestras de roca y suelo para un posible regreso a la Tierra.
Se ha programado al rover estadounidense para que descienda en un lugar preciso de Marte donde se tiene indicios de la posibilidad de vida a nivel microscópico: el Jezero, un cráter de 45 kilómetros de diámetro. El Perseverance es capaz de utilizar 19 cámaras que transmitirán imágenes detalladas del suelo marciano. Serán tomas sin precedentes y de las que se espera revelaciones de alto impacto para el estudio del planeta y definiciones posteriores sobre nuevas misiones. El rover de EEUU, si no surgen imponderables, recorrerá el suelo del planeta durante un año marciano. Como fruto de sus travesías acumulará el material que, se prevé, otras naves traerán a la Tierra.
La NASA ya ha realizado en diversas décadas ocho misiones pioneras en Marte a lo largo de 40 años. Ahora cuenta con dos sondas que siguen instaladas en la superficie de aquel planeta: InSight y Curiosity.
Mientras tanto, ya se hallan virtualmente inscritos a la nueva carrera espacial, y en etapa de precalentamiento, otros dos competidores: la alianza entre Rusia y la Unión Europea y Japón. Los primeros preveían lanzar su nave ExoMars, destinada a conocer más sobre rastros biológicos de vida bajo la superficie marciana. Pero, por los efectos de la crisis económica mundial, aplazaron la misión para el año 2022.
- También Japón
Por su parte, la JAXA, es decir, la Agencia de Exploración Aerospacial de Japón anunció a principios de septiembre que ha programado el lanzamiento del Martian Moons Exploration (MMX) para 2024.
La JAXA acordó con la cadena de televisión del país NHK desarrollar una cámara espacial que pueda grabar resoluciones UHD y 8K para grabar Marte como jamás se había conseguido hasta ahora. La cámara Hi-Vision, nombre que recibe por parte de la JAXA, grabará tanto el planeta rojo como sus lunas marcianas Fobos y Deimos. Enviará imágenes fragmentadas al planeta Tierra creando imágenes uniformes de la información que capture, pero además, se tiene la intención de que una cápsula regrese a la tierra y se puedan obtener las imágenes en altísima resolución.
La Martian Moons Exploration (MMX) será lanzada en 2024 y tiene como objetivo central conocer mejor la superficie del planeta rojo, pero también de sus lunas Fobos y Deimos en imágenes de ultra alta resolución. Se espera que pueda desentrañar algunas cuestiones desconocidas de la historia de Marte y entender esta superficie de tal manera que podría ser muy útil para las próximas misiones que se plantean para el planeta. De hecho, dado que esta competencia suele tener abundantes gestos de cooperación, para entonces ya estará el robot Perseverance buscando confiadamente restos de vida en la superficie del planeta rojo.
Con todo, la carrera parece ir atrasada ante las expectativas que su antecesora desató. Ya suman cuatro presidentes de EEUU que anuncian la llegada de astronautas de la primera potencia a Marte, sin que tal previsión haya avanzado como preveían. Baste recordar que el 11 de mayo de 1990, el presidente George Bush anunciaba la próxima frontera en la exploración espacial: un humano en Marte antes del 20 de julio de 2019. A aquel compromiso le siguieron promesas similares de tres de sus sucesores (Bush hijo, Barack Obama y Donald Trump).
Sin embargo, la nueva carrera se halla además impulsada por nuevos actores: las compañías privadas SpaceX, y Bue Origin de los magnates Elon Musk y Jeff Bezos, respectivamente están construyendo lanzadores pesados que podrán enviar decenas de toneladas al planeta rojo. Es más, tienen diversas iniciativas en marcha para preparar misiones tripuladas.
Si de costos se trata, valga como referencia que, según reportes oficiales, el costo del programa Apolo (que llevó al hombre a la Luna) ascendió a 20.400 millones de dólares de ese tiempo, equivalentes a 114 mil millones de dólares de hoy. Los gastos rusos probablemente fueron similares. Para la misión Marte esa cifra necesariamente es varias veces mayor. Algo de bueno habrá allá a 500 millones de kilómetros para asumir semejantes inversiones y relegar las diversas adversidades que cientos de millones humanos enfrentan diariamente en la tercera esfera del sistema solar.