Educación al desquite
¿Cómo mides la calidad de un país? Muchos te van a decir que se mide por la cantidad de autos, edificios o infraestructura; sin embargo, como dice la canción, será “polvo en el viento”. Algo que realmente trasciende a las generaciones es el conocimiento y la experiencia desde la educación.
La gran diferencia, la gran brecha que hay entre los países desarrollados y los demás, tiene que ver precisamente con el sistema educativo, con la dedicación y cuidado que le dan al trabajo docente; un trabajo al cual solamente pocos pueden acceder. Es un privilegio formar a las futuras generaciones.
En Bolivia, ¿habrá alguien que diga “hola papá, quiero ser profesor, hola esposa, me voy a dedicar a la docencia”? Creo que no porque la docencia es vista como una actividad secundaria, para ganar unos pesos adicionales mientras te dedicas a tu trabajo de fondo, y desde que existen los diplomados en educación superior cualquiera puede acceder a ser docente (llama la atención que incluso alumnos de pregrado pueden inscribirse, algo así como que si no tienes trabajo, la docencia es la vieja confiable). Lastimosamente, éste es un ejemplo de tantos, donde compruebas que la docencia no tiene que ver con vocación o con el privilegio o el esfuerzo de ser un buen docente, sino con los favores incluidos. Ser consejero estudiantil te da más puntos para ser docente que un PhD, por ejemplo.
A este penoso listado, agrego el tema de la infraestructura. Vale más hacer un bloqueo por aulas en la punta del cerro, que tener un docente muy bien pagado. En Cochabamba, mientras escribo este texto, leo en las noticias que padres de familia han bloqueado puentes y caminos, pidiendo mejor infraestructura educativa (aulas, pupitres y vidrios no están en buenas condiciones). Me pregunto, ¿habrá alguna vez una marcha o bloqueo en que los padres de familia pidan mejores condiciones para los docentes, porque éstos no tienen medios para enseñar o para que les paguen mejor, para que puedan desarrollar mejor sus tareas? Exactamente. No.
En ese sentido, hay algo que remarco: Cuando ves la publicidad de las universidades, te dicen: “tenemos laboratorios, edificios, campus, y gran infraestructura”. Pero, ¿te dicen que ese docente de esa universidad se parte en cuatro para dar clases en otras universidades y así juntar un sueldo que alcance a cubrir sus gastos?
Hablemos de números. La universidad pública paga Bs 120 la hora docente aproximadamente. Una universidad privada paga Bs 30 y con factura. Si no la presentas, te hacen descuentos. Es bueno inaugurar edificios académicos y estimular la infraestructura educativa, pero ¿a costa de bajos salarios? Queda como tema pendiente reconocer a los docentes, no solamente con una salteñita por el Día del Maestro, sino en pagarles el doble.
Ahí vamos a empezar a hablar del tema de la calidad educativa de un país.
Columnas de MÓNICA BRIANÇON MESSINGER