Tres temas en el debate
Difícil asignar prioridad a alguno de estos tres temas en este momento.
Para el comentario, comenzamos con la afirmación de Oscar Ortiz: que se asigna 18 millones de dólares por día como costo de la burocracia con 500 mil funcionarios del Estado, comprendidos policías, soldados, maestros, salubristas y empleados en la administración pública sin otra competencia que su militancia en el MAS, único requisito exigido para ejercer en ministerios, direcciones, departamentos oficiales, incluidos los trabajadores en las fábricas del Estado, casi todas en estado de falencia, con pérdidas irreparables en los ítems de producción y servicio.
Este alto costo no es sostenible. En cuestión de pocos meses más, no quedarán recursos para cancelar salarios y entonces vendrá la debacle, otro DS 21060, o sea la clausura de las subvenciones y el cierre de las unidades improductivas…El Estado no podrá buscar recursos en el exterior porque Bolivia no califica para seguir prestándose a plazos largos e intereses altos. Los salarios se engullirán los recursos oficiales y no existirá forma de subsistir en esas condiciones, salvo que se apele a la inflación, la debacle, el fin del Estado.
La promulgación ha demorado cuatro días en el escritorio del Jefe de Estado e hizo entonces lo inevitable: su promulgación como ley de la nación para ser ejecutada de inmediato, acelerando así las tareas del censo como una de las supremas labores de la colectividad: saber cuántos somos, dónde habitamos y, por tanto, dónde nos desarrollamos. Esto pudo haberse evitado, el angustioso paro de 36 días, la agresividad contra la población cruceña, los muertos, heridos, detenidos y perjuicios sin cuenta para la región más poblada de Bolivia. En resumen, con un ápice de comprensión, patriotismo y sentido de responsabilidad bien pudo evitarse tanto daño. Las represalias masistas contra los líderes del movimiento cívico cruceño no tardarán en manifestarse, de modo que el malestar se extenderá sin límite de tiempo, sin el freno de la fraternidad y la unión boliviana.
En cuanto al último tema, es motivo de honda decepción para todos los bolivianos la derrota de nuestra causa en la Corte Internacional de Justicia, que acaba de negarle a Bolivia el derecho a cobrar por el mal uso de las aguas del Silala, manantial que nace en territorio boliviano y que alimenta de riego y otros servicios a gran parte de la población del norte chileno. Una inadecuada actuación de las administraciones de Morales y de Arce han dado esto como resultado. Un gasto que no se revelará por mucho tiempo, lo mantendrán en secreto los esbirros del régimen que administra el Estado, aunque no por ello será por siempre olvidado. Día llegará de rendir cuentas a los ciudadanos.
Columnas de MAURICIO AIRA